Giuseppe Conte, primer ministro italiano, Foto: REUTERS.

El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, ha presentado esta martes su renuncia ante el presidente de la República, Sergio Mattarella. Conte ha acudido al Palacio del Quirinal, sede de la jefatura del Estado, tras una reunión extraordinaria esta mañana del Consejo de Ministros donde comunicó su renuncia al cargo para abrir formalmente una crisis de Gobierno.

La decisión de Conte, forzado por la falta de apoyos en el Parlamento tras la retirada de Italia Viva, el partido de Matteo Renzi, que ha mostrado su oposición a, entre otras cosas, el plan de recuperación para salir de la crisis económica, sume de nuevo a Italia en un escenario de incertidumbre que deberá resolver en un plazo de unas 24 horas.

Conte ha pedido a Mattarella que le traslade de nuevo el encargo de formar su tercer Ejecutivo (el tercero en tres años) y sondeará a las fuerzas políticas para tratar de reunir un nuevo grupo parlamentario que aglutine a tránsfugas dispuestos a brindarle el apoyo necesario.

Mattarella iniciará una ronda de consultas este miércoles y hasta el jueves con los líderes de todas las formaciones políticas para comprobar el grado de solidez que podría tener un nuevo ejecutivo liderado por Conte. Quiere que solucionarlo antes del fin de semana.

Todos los movimientos de Conte deben interpretarse en clave defensiva: como haber protegido al ministro de Justicia, Alfonso Bonafede, que debía exponer mañana su obra de gobierno en el Senado. Bonafede es una figura clave del M5S y su cercanía le garantiza el apoyo del partido. Conte intentará repetir.

La hipótesis de un Gobierno de unidad nacional solo la defiende ahora mismo Forza Italia. El ex primer ministro Silvio Berlusconi, siempre con un ojo en sus empresas, cree que eso proporcionaría más estabilidad al país. La otra opción sería que su partido entrase a formar parte de la coalición, algo que verían con buenos ojos el PD y el propio Conte. Pero el M5S tendría muchos problemas para explicarlo a sus electores.