En la mayoría de las familias argentinas, hay una fecha marcada en el calendario del mes para disfrutar esta delicia que conocemos como ñoquis: el día 29. Además, existe otra parte que completa el rito, que consta en colocar dinero debajo del plato porque trae buenos augurios. Entonces, por las dudas y para que no falte, todos lo hacemos. Pero ¿de dónde viene esta costumbre?
Existen dos teorías (sujetas a modificar según el familiar que te la cuente) que aseguran las posibles causas por la elección de dicha fecha todos los meses, excepto en los febreros no bisiestos:
La costumbre llegó a nuestro país de la mano de la inmigración italiana.La primera data del siglo VIII y tiene origen en la región de Veneto, en el noreste de Italia. Según cuentan, San Pantaleón era un joven médico que, luego de convertirse al cristianismo, comenzó a peregrinar y curar enfermos en esa zona. Allí practicó milagrosas curaciones por las que fue posteriormente canonizado. Una noche, se acercó a una familia de campesinos y les pidió un poco de pan. Ellos lo invitaron a comer y le sirvieron ñoquis, a pesar de que no contaban con muchos recursos. Agradecido por la noble acción, San Pantaleón predijo un año de pesca y cosechas excelentes. Ese episodio ocurrió un día 29. Y el augurio se cumplió. Por lo tanto, a partir de entonces, se conmemora en esa fecha la visita de San Pantaleón, para asegurarse que los buenos augurios continúen.
La segunda teoría sobre el motivo por el cual el 29 es el día de los ñoquis es mucho más terrenal. Cerca de fin de mes, las personas de pocos recursos llegan con el dinero justo. Por eso, eligen platos que puedan preparar con las materias primas más baratas, como la papa y la harina (o eso era en las buenas épocas). Como costumbre, se coloca algún billete o moneda debajo del plato como símbolo de buenos deseos, para atraer suerte y prosperidad para el comensal de semejante delicia tan simple.
Seguro alguna de estas teorías invadió tu casa algún 29, pero lo cierto es que siempre es una opción de menú muy especial ¿vos tenés esta costumbre en casa?.
Aquí va una receta para que los hagas bien caseritos y sin que falles, cortesía de Tiempo de San Juan:
- 1 kg de papa
- 10g de manteca
- 300 g de harina 0000
- 1 huevo
- Sal y pimienta
- (queso rallado a gusto)
Preparación:
- Lavamos bien las papas y las ponemos a hervir con cáscara. La idea es que absorban la menor cantidad de agua posible. Una vez que estén blandas, las retiramos y les sacamos la cáscara.
- Hacemos un puré con las papas, y le agregamos sal y pimienta y la manteca. Al puré, le sumamos el huevo y la harina, pero no toda junta. La idea es ir agregándola de a poco, para no pasarnos en cantidad y que nos queden hechos una piedra.
- Unimos con las manos y luego pasamos a la mesada, donde la amasamos un poco hasta lograr una masa unida y uniforme.
- Cortamos la masa en tiras y hacemos cilindros. Los cortamos en trozos de 2 o 3 cm. Luego, les damos forma con un tenedor (si es que no tenés el utensilio creado específicamente para este fin que arece una mini tabla para fregar). O los dejamos así como vienen, que van a estar igual de ricos.
- Finalmente, en una olla con agua hirviendo y sal, los vamos llevando de a tandas para cocinarlos. Cuando suben a la superficie, en un minutito ya están listos.
La salsa para acompañar es a elección, como el día del mes en que quieras comerlos.
La entrada Pequeños placeres: ¿por qué comemos ñoquis los 29? se publicó primero en La Crítica.
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