sábado, 26 de junio de 2021

En una sociedad justa, el que ganó oye al que no lo votó

Junio se apresta a despedirse y entre los acontecimientos más ríspidos que atesora se encuentra la publicación de “LaReacciónConservadora.net”, un informe presentado por sus realizadores como una investigación periodística para identificar las actuaciones públicas de quienes se han opuesto a políticas de ampliación de derechos, como la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Allí se detallan no sólo partidos y figuras políticas, sino que también hay un “mapa de conexiones” que da cuenta de sus vinculaciones con dirigentes sociales, amigos, parejas, y hasta usuarios de redes sociales. Provincia por provincia. Con nombre y fotos.

Buena parte de la oposición al kirchnerismo responsabilizó al oficialismo de fomentar “listas negras” de quienes “piensan distinto”. Hubo un alud de cuestionamientos contra la publicación, a la que se calificó de “#LaGestapoArgentina”, y las redes sociales se poblaron de denuncias respecto del surgimiento de una “policía del pensamiento” para perseguir a personas, agrupaciones políticas, ONG y entidades religiosas.

A las pocas horas, el sitio web donde se encontraba el informe fue inhabilitado y los autores del trabajo denunciaron aprietes, amenazas y censuras.

En otros términos, la grieta en otra esplendorosa manifestación.

“Vivimos en un estado de guerra permanente, en una sociedad estructurada por formar futuros odiadores”, se lee en “Te odio. Anatomía de la sociedad argentina”, el nombre del libro que el periodista Nicolás Lucca publicó en 2018. En diálogo con LA GACETA, el autor del blog “Relato del presente” analiza las dimensiones de las aversiones nacionales vigentes.

“Una de las aristas, que considero la más grave, pasa por confundir ‘adversarios’ con ‘enemigos’. Con un adversario hay dos visiones distintas y se defienden las postura con razones. Pero el enemigo es otra cosa: es un amenaza a tu estilo de vida, y por tanto debe ser aniquilado. En un partido de fútbol hay adversarios; en la guerra hay enemigos”, contrasta.

Un segundo vértice en el fenómeno es lo que Lucca define como la degradación de la democracia. “O todo es democrático o nada lo es. Y resulta que nuestro sistema de gobierno no es la democracia, sino la república. Con la democracia elegimos a quienes van a ejercer la república”, distingue.

“Con esta degradación y con esta confusión no hay diálogo posible”, diagnostica.

De unos para todos

“No soy conservador ni acuerdo con el conservadurismo. Pero no puedo menos que notar que en este país hubo liberales que transaron con cuestiones tan poco liberales como una dictadura. Y dicen que el conservadurismo es Julio Argentino Roca, cuando es uno de los presidentes que más liberalizó el Estado, consagrando la educación pública y laica y creando el Registro Civil, que supuso el fin del monopolio del matrimonio por parte de la Iglesia”, contrasta.

“A partir de esto, lo primero que surge es que aunque yo no soy conservador, ellos no son mis enemigos. El único enemigo de la democracia es el que descree de ella. Y ese es un enemigo común a todos las ideologías”, delimita.

En segundo lugar, Lucca advierte que hay incontables políticas surgidas de los más diversos sectores que terminaron redundando en beneficio de todos. “La universidad pública y gratuita se la debemos a las políticas de los radicales. No es una idea de los conservadores. Y los liberales no están muy de acuerdo con los claustros gratuitos”, contrastó.

“La historia del país está atravesada de políticas que, en su momento, enemistaron a unos sectores de la sociedad con otros. Conozco cientos de conservadores católicos que se han divorciado. Y estoy seguro de que en 1987 se opusieron a la sanción de la Ley de Divorcio Vincular”, puntualizó. “Con la despenalización del aborto ocurrirá otro tanto. De verdad, hay sectores sociales a quienes esa ley les dolió. Pero cuando hay democracia hay diferencias, lo que no hay enemistad”, subrayó.

Odios ancestrales

“Unitarios, federales, centralistas, nacionalistas, autonomistas, radicales, intransigentes, personalistas, conservadores, liberales, peronistas, antiperonistas, azules, colorados, Montoneros, Erpianos, militares, carapintadas… Con una mano en el corazón y otra en e lóbulo frontal: ¿Realmente podemos considerar que fuimos un pueblo unido y que un día un gobierno nos hizo enfrentar entre nosotros?”, inquiere Lucca en su libro.

“Tenemos odios de larga data”, reflexiona. “Incluso, odios que no nacieron aquí: el que se daba entre los inmigrantes. Uno de mis abuelos era calabrés y cuando llegó a la Argentina se hizo hincha de River porque me dijo que Boca reivindicaba a los genoveses, es decir, a los xeneixes. Y esa es una anécdota doméstica. Entre los que llegaban había monárquicos y republicanos, socialistas, anarquistas y fascistas”, ilustra.

“Ahora nos insultamos y se arman listas negras. Pero durante mucho tiempo las diferencias, en este país, se resolvían a los tiros. Y con Y también con golpes militares… Así que a veces da la sensación de que es insufrible vivir como vivimos. Pero no es nuestro peor momento”, describe.

“No creo que los argentinos seamos desunidos: hay un nacionalismo que nos apega. Pero somos hormonales y adolescentes en el debate político por las décadas de sangre y la falta madurez para dialogar”, diagnostica.

Justamente, Lucca propone abandonar la lógica de que “el que gana, gana; y el que pierde se jode”. “El que triunfa en los comicios no se impone sobre el resto: sólo gobierna. Y si ganaste con el 48% de los votos, ni siquiera sos la mayoría. Las minorías no desaparecen y la Constitución no es un listado de sugerencias, sino las reglas de juego a respetar”, define.

Hasta que la dinámica de la imposición no sea conjurada, Lucca opina que no tendremos una democracia más sana. Porque, asegura, las sociedades son más justas cuando el ciudadano que gobierna escucha al ciudadano que no lo votó. “Si no -advierte-, tengamos cuidado porque las monarquías republicanas van a terminar siendo más representativas, porque aquí pareciera que votamos un rey absoluto cada cuatro años”.

FuenteLa Gaceta

La entrada En una sociedad justa, el que ganó oye al que no lo votó se publicó primero en La Crítica.



source https://lacritica.com.ar/2021/06/27/en-una-sociedad-justa-el-que-gano-oye-al-que-no-lo-voto/

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