jueves, 29 de julio de 2021

Antigüedad y cercanía con el mar: cómo se controlan en la Argentina los edificios construidos en la Costa Atlántica

La sudestada que afectó a la Costa Atlántica en los últimos días, provocando destrozos y derrumbes, sumado a la tragedia ocurrida en Miami con el colapso del Champlain Towers South en Surfside, Miami, reavivó el debate sobre la construcción a orillas del mar, y todo lo que implica en cuanto a legislaciones y controles en edificios. En la Argentina, Mar del Plata y Villa Gesell albergan los antecedentes más graves y recientes.

“El derrumbe de Miami es un llamado de atención. Un edificio en una zona costera, sísmica y de huracanes tiene un grado de seguridad que atiende a todas esas cuestiones al momento de la construcción. Si en Florida y en los Estados Unidos, con la cantidad de controles que hay, hubo un siniestro de esas características, debemos estar alertas”, subraya Nicolás Valdez, director de Inspección de Edificios Privados y Espacios Públicos de Villa Gesell, en diálogo con TN.com.ar. El organismo se creó a partir de lo sucedido en el edificio “Gufi Yiyo”, ubicado frente al mar: allí, en enero de 2020, se desplomaron tres balcones y de milagro no hubo heridos.

En diciembre de 2018, un incidente similar sacudió a Mar del Plata: dos balcones de un edificio ubicado en Punta Mogotes se desprendieron y mataron a Agustina Ferró, de 35 años, y a India Luzardi, su hija de apenas 3 años. Más cerca en el tiempo, el 31 de julio de 2020, María Gómez murió al caérsele un trozo de la mampostería de un balcón en la cabeza. Tenía 48 años y -al igual que Agustina e India- justo caminaba por la vereda en el momento del derrumbe.

En el Partido de General Pueyrredón, los edificios de más de 10 metros de altura y 10 años de antigüedad, quedan incluidos en los alcances del Decreto 1745/02 y por la Ordenanza N° 12.562, que contemplan la obligatoriedad del mantenimiento y control de los edificios.

Establece que los propietarios de los edificios incluidos en la ordenanza están obligados a verificar periódicamente, reparar y mantener en buen estado de conservación los siguientes elementos constructivos dispuestos en fachadas y muros divisorios expuestos: balcones; parapetos de terrazas y azoteas; barandas, barandales y balaustres; ornamentos superpuestos aplicados o en voladizos a fachadas y muros externos; soportes, marquesinas y toldos; estructura resistente expuesta en fachadas y medianeras; antepechos, muretes y cargas perimetrales de azoteas y terrazas; carteles y maceteros; enlucidos, paneles premoldeados, mármoles, azulejos, cerámicos, maderas, chapas metálicas y todo otro tipo de revestimiento utilizado en la construcción. También alcanza a desagües, ventilaciones, instalaciones de aire acondicionado y cualquier elemento adicional a las fachadas.

La normativa rige desde 1997 y por estos días alcanza a 3504 edificios de Mar del Plata. Su correlato son informes que deben ser actualizados cada tres años. “Es una reglamentación que corresponde a las envolventes de los edificios y no a su estructuras interiores”, aclararon desde la Secretaría de Obras y Planeamiento Urbano, a cargo de Jorge González. En “La Feliz” hay por estos días 2062 informes vigentes, 2434 cedulas de notificaciones enviadas y 119 obras en ejecución.

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El derrumbe del edificio Champlain Towers, en Miami, sacudió al mundo entero. (Foto: AFP)

Villa Gesell tiene una ordenanza similar hace 19 años y, según Valdez, necesita una actualización. Pero su reclamo va más allá. “Una zona que tenga incidencia de cloruro de sodio o vientos fuertes amerita otra ordenanza y un análisis más profundo. La Provincia se debe una ley antisiniestral que contemple el mantenimiento de edificios en zonas costeras. No tenemos una ley provincial sobre conservación de edificios”, advierte. Y agrega: “En la Argentina es clave profundizar los controles durante la construcción”.

Más allá de obras sobre arena o roca, y amén de los vientos que caracterizan a las zonas costeras, los elementos a ser contemplados en el mantenimiento de un edificio alcanzan incluso a las temperaturas. “Acá puede haber 54 grados sobre un hormigón durante el día, y 3 grados a la noche. Esa diferencia influye y es característica de estas zonas”, continúa Valdez.

Sobre la Avenida 1 y Paseo 103, a pocos metros de la playa de Villa Gesell, el edificio “Alfio 1″ recibió semanas atrás la denuncia de un arquitecto. El motivo: una rajadura que se iba ensanchando en una escalera. El consorcio fue multado e intimado para efectuar la reparación o demolición de la zona afectada. Sin embargo, la sociedad a cargo del edificio demoró el procedimiento y la persona a cargo de la administración renunció. Su responsabilidad ante la conservación del edificio, y el riesgo latente de un incidente, precipitaron su decisión. Finalmente, y para evitar multas mayores, el consorcio afrontó la reparación.

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El edificio “Alfio 1”, en Villa Gesell, fue multado recientemente por una escalera en mal estado. (Foto: Municipalidad de Villa Gesell)

Cómo se construye y conserva un edificio a orillas del mar

“Cuando construís un edificio, primero lo construís en un papel”, grafica Rubén Estévez, de la compañía Estévez e Hijos, que existe hace 78 años en Mar del Plata. “Ahí sacás el peso total en edificio, con sobrecargas, cargas dinámicas y otros elementos. Ese peso se distribuye dividiéndolo por la superficie de apoyo. Primero se hacen las columnas y las bases, donde se descarga el peso. Y las basen descargan el peso en el sustrato”, explica.

Previo a la construcción de un edificio, primero se efectúa un análisis sobre la tierra y un ingeniero calcula la tensión admisible: es decir, la tensión máxima que puede soportar un elemento antes que alcance una situación crítica en cuanto a su seguridad. la medición se realiza en metros cuadrados. Y en los edificios a orillas del mar, construidos sobre arena, “hay que tener en cuenta las mareas”, apunta Estévez.

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“Las mareas van por abajo de la arena. Cuando sube el mar, moja la arena. Y cuando la marea baja, siempre se lleva arena. Y eso va haciendo socavones, conductos donde va pasando la arena. Esa arena que se va, le quita fricción al pilote. Y al quitarle fricción al pilote, disminuye la resistencia al peso de todo el edificio”, describe.

Otro aspecto clave es la antigüedad de los edificios, lo cual impacta sobre los controles y su periodicidad. Según Valdez, en Villa Gesell, “las primeras construcciones tienen 89 años. Esos edificios fueron construidos sobre arena, con hierro de la posguerra y con otro tipo de cemento. Se construía con otros métodos y empleando otra forma de cálculo. Hay materiales que ya se dejaron de utilizar y otros que van a correr la misma suerte con el tiempo”.

Fuente TN

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